Limpieza regular: Realiza una limpieza periódica de las puertas seccionales para eliminar el polvo, la suciedad y cualquier otro residuo acumulado en los paneles y mecanismos. Utiliza un paño suave y húmedo y, si es necesario, un detergente suave para limpiar las superficies.
Inspección visual: Realiza inspecciones visuales periódicas para detectar posibles problemas o daños en los paneles, los mecanismos y los componentes de la puerta. Presta atención a posibles grietas, desgaste o desalineación. Si encuentras alguna irregularidad, toma medidas correctivas de inmediato.
Lubricación de los mecanismos: Aplica lubricante en los mecanismos móviles de la puerta, como las bisagras, los rieles y los resortes. Esto asegurará un funcionamiento suave y sin problemas. Utiliza un lubricante recomendado por el fabricante y sigue las instrucciones de aplicación.
Ajuste y alineación: Verifica periódicamente la alineación y el ajuste de la puerta seccional para asegurarte de que se deslice suavemente y sin obstáculos. Si notas algún problema de alineación o dificultad al abrir o cerrar la puerta, realiza los ajustes necesarios o busca asistencia técnica especializada.
Verificación de sistemas de seguridad: Si la puerta seccional está equipada con sistemas de seguridad adicionales, como sensores de detección de obstáculos o sistemas de seguridad antipinzamiento, verifica regularmente su correcto funcionamiento. Asegúrate de que estén limpios y en buen estado de funcionamiento para garantizar la seguridad de uso.
Mantenimiento preventivo: Considera programar mantenimientos preventivos realizados por profesionales capacitados. Estos servicios pueden incluir una revisión completa de la puerta, la lubricación de los mecanismos, la comprobación de la tensión de los resortes y la detección temprana de posibles problemas.